Urracá, el gran héroe

 avatar
Ana Silva

La vida del héroe Urracá se niega a quedar en el olvido. Algunos no lo conocen, y otros creen que fue una simple leyenda inventada por el pueblo Ngäbe. Sin embargo, aquellos que aman la historia lo conocen por su verdadero nombre: "Urakbá", el Indomable.

Fue uno de los más grandes y valientes indígenas que lucharon por defender su territorio de los conquistadores europeos, aun sabiendo que esto significaba derramar su sangre a cambio de la soberanía de su pueblo.

A pesar de que estos líderes nativos dieron su vida por la libertad que hoy disfrutamos, la historia se ha negado a otorgarles el título que merecen como héroes nacionales. No hay festejos ni días feriados dedicados a su figura, pero sus comunidades originarias los mantienen presentes.

Hace más de 500 años, con la llegada de los españoles al istmo panameño, varias tribus se vieron obligadas a resistir. A esta oposición se unió este líder, quien fue capaz de mantener su territorio a salvo de los españoles durante nueve años.

Este extraordinario cacique supo dejar de lado las enemistades del pasado y forjar alianzas con tribus que antes eran rivales, ya que todos compartían el mismo objetivo: vencer a los conquistadores europeos y expulsarlos de sus territorios.

Los ancianos de la comunidad Ngäbe-Buglé relatan que Urracá nació en el año 1490, en una tierra llamada Rogabitdi, en Chiriquí, aunque algunos aseguran que provenía de lo que hoy son las provincias de Veraguas y Coclé. Estos sabios transmitieron sus hazañas de generación en generación, y aunque con el tiempo algunos detalles se han perdido, hubo un aspecto específico que todos mencionaban: Urakbá nació para ser un distinguido guerrero.

Vino al mundo con aquella fuerza espiritual que algunos llaman "don", esa vitalidad que caracteriza a los grandes héroes. Los ancianos creían que poseía el espíritu del viento, de la lluvia y del trueno. En aquellos relatos, se decía que cada vez que el ejército español se preparaba para atacar la tribu de Urakbá, el cielo se oscurecía y una gran lluvia azotaba la tierra. La naturaleza protegía a Urracá e impedía que los españoles atacaran a su gente.

Durante mucho tiempo, permanecieron en contienda con los españoles, pero Urracá y su pueblo no se doblegaron. El deseo del invasor era someter a Urakbá, así como a los abuelos Ejqueguá, Bulabá y Musa, quienes resistieron la invasión hasta donde les fue posible.

Se dice que la última vez que el gran Urracá habló con su gente, se despidió con un "nos veremos al concluir la jornada". Luego, se dirigió a las montañas para continuar con la resistencia indígena. Nunca más se supo de él; sin embargo, tras tantas lluvias y tormentas, desde las montañas a las que un día se fue y nunca volvió, Urracá aún vigila y acompaña a su pueblo.

¿Quieres participar?

¡Inscríbete en El Torneo en Línea de Lectoescritura (TELLE) y apoya a los escritores evaluando sus crónicas!

Inscribirme

Apoya a los jovenes

¿Sabías que puedes apoyar a los jóvenes escritores con la compra de sus libros de crónicas?

Ser parte de la historia