El misterio que envuelve la historia de los gunas se remonta al actual territorio colombiano, específicamente al departamento del Chocó. ¿Qué sucedió con este pueblo indígena en medio de la vorágine de la historia? Pocos conocen los hechos, pero deben ser contados para comprender la fortaleza de una comunidad que se negó a doblegarse.

Imagina por un momento estar en medio de esas luchas, cuando los virreinatos europeos penetraron en sus tierras ancestrales y desataron una avalancha de injusticias. Los españoles, hambrientos de poder, llegaron a las costas de lo que hoy conocemos como Panamá a bordo de las emblemáticas naves: la Pinta, la Niña y la Santa María. Despiadados, arrasaron todo a su paso, destruyendo hogares y desgarrando familias.

Para rematar la devastación, se apoderaron del metal precioso que los indígenas adoraban: su oro, su tesoro más sagrado. Sin embargo, los aborígenes no se quedaron de brazos cruzados; se enfrentaron a los invasores a pesar de estar en clara desventaja tecnológica. La tragedia era inminente, pero su resistencia los convirtió en héroes.

Los gunas no consideran que Colón "descubriera" sus tierras, ya que estaban habitadas y civilizadas mucho antes de su llegada. Cristóbal Colón no descubrió, arrebató: arrebató tierras, arrebató libertades, arrebató el futuro de un pueblo. Esta es una historia que no se enseña en los libros de texto, aunque merece ser conocida y recordada en todo su esplendor, pues es la raíz de la lucha de este pueblo por su identidad y sus derechos.

Los virreinatos marcaron una época de esclavitud y opresión para los aborígenes. Fueron sometidos a inimaginables abusos y vejaciones por parte de los conquistadores europeos, quienes no mostraron piedad ni misericordia en su afán de explotar y saquear. Imagina trabajar en una oscura mina, forzado, sin derecho alguno, exhausto y sin esperanza de descanso. Las mujeres también sufrieron, cargando con el peso de la opresión en sus espaldas.

Los gunas no pudieron soportar más. Se alzaron valientemente y presentaron denuncias por los maltratos en Colombia. Fue un paso hacia la liberación, un grito de justicia. Mas la historia aún guardaba desafíos. Cuando Panamá se separó de Colombia, surgieron discordias. Los indígenas tenían su tierra ancestral en ambos lados de la frontera, lo que llevó a tensiones territoriales. Pero, a pesar de los retos, la lucha continuó.

No obstante, los gunas, un pueblo que sobrevivió a la brutalidad de la conquista y la esclavitud, han logrado preservar su cultura y su identidad por encima de las adversidades. Su historia es un recordatorio de la fuerza y la resiliencia del espíritu humano, un canto a la dignidad y la determinación, un testimonio de la lucha incansable por la justicia y la libertad. Pese a los obstáculos, este pueblo ha forjado un futuro más brillante, en equilibrio con su entorno.